En nombre de Taya, el prestigioso servicio de inspección y validación SGS (antes Société Générale de Surveillance) ha completado los procesos de ACV de la última gama de Kavalan.

Desde su huella de carbono significativamente menor y su menor consumo de agua, hasta su sorprendente película biodegradable no tóxica, se confirma lo que ya sabíamos: las credenciales ecológicas de Kavalan son muy superiores a las de las lonas de PVC. ¡¡Y tenemos las cifras que lo demuestran!!

El proceso de ACV forma parte de la serie de normas ISO 14000 reconocidas internacionalmente para la gestión medioambiental. Analiza el impacto ambiental de un producto, de la cuna a la tumba, y combina datos históricos, resultados de pruebas y mediciones científicas para producir análisis de diversos impactos ambientales como el cambio climático, la contaminación, el declive de la biodiversidad, el crecimiento de algas y el consumo de agua, entre otros.

El ACV es perfecto para ofrecer comparaciones medioambientales directas entre productos y permitir a los clientes tomar decisiones de compra no sólo en función del coste, sino también del impacto medioambiental. El proceso de evaluación del impacto del ACV.

Todas las actividades humanas tienen un impacto en el medio ambiente y la evaluación numérica que proporciona el ACV demuestra que ya no podemos escudarnos en suposiciones subjetivas o en las llamadas opiniones profesionales. ¡Los números no mienten!